jueves, 23 de febrero de 2012

LA CRUZ DE LOS ABOGADOS DE OFICIO

¿Cómo se podría calificar la actitud de los representantes institucionales de la Abogacía? Pues la verdad es que ya es difícil encontrar un calificativo que le dé plena cobertura. Lo de vergonzante se quedó hace ya tiempo muy cortito.

El penúltimo de los capítulos que por entregas nos hacen nuestros más Excelentísimos e Ilustrísimos viene publicado en la obsoleta, caduca e inoperante página web del Consejo Andaluz de Colegios de Abogados (CADECA) y así reza el titular: El Presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Abogados, Excmo. Sr. Don José Rebollo Puig, recibe la Gran Cruz al Mérito en el Servicio de la Abogacía”. Vaya por delante y ante todo mi profundo respeto hacia la persona de José Rebollo, el cual tuve el honor de conocer personalmente en el Congreso de Abogados de Turno de Oficio celebrado en su ciudad, Córdoba, los primeros días de Julio. Sin embargo, he de mostrar mi total rechazo por el hecho de otorgar la máxima condecoración de la Abogacía española sin que se hagan públicos los méritos del galardonado, que posiblemente sean muchos e importantes, pero que en modo alguno han trascendido al colectivo, salvo que se esté premiando el mero hecho de haber ostentado el cargo de Decano de un Colegio en un determinado momento, así como el de que actualmente sea el Presidente del CADECA. Por lo demás desconozco los méritos del Excelentísimo y, por el contrario, sí que conozco los deméritos del mismo y que fundamentalmente los podría resumir en el total abandono de los intereses y derechos de los Abogados que prestan el servicio de Asistencia Jurídica Gratuita. Efectivamente, como máximo responsable de la Abogacía andaluza no ha salido (o al menos que se sepa) ni en una sola ocasión en defensa de los Abogados de Oficio con la que nos está cayendo y con la que cayó en el mes de Septiembre cuando el Colegio de Abogados de Granada adoptó los acuerdos de suspensión en Junta General. Lejos de apoyar las medidas adoptadas, desautorizó los acuerdos válidamente adoptados en Granada, así como favoreció que los Abogados granadinos quedásemos en entredicho ante la opinión pública frente al cúmulo de mentiras y falsedades que se dijeron por parte, no sólo de los responsables políticos (lo cual podría incluso justificarse desde su postura), sino también de algún miembro del Consejo y que casualmente preside la Comisión de AJG en su seno.

Así, duele a los ojos ver cómo mientras la Abogacía, al menos la Abogacía de Oficio andaluza, se va desangrando poco a poco por las profundas heridas que la Consejería de Gobernación y Justicia le ha provocado, con la plena y total compliciad por omisión de los máximos responsables profesionales, éstos son objeto de las máximas distinciones y honores de la profesión. Por eso, no caben ya calificativos para definir la situación, porque lo de indignante o vergonzante son términos que ya han sido más que superados. La Cruz, la verdadera Cruz es la que llevamos los Abogados de Oficio las veinticuatro horas de todos los días del año, y no esas distinciones ya de por sí muy devaluadas.

Todo esto no hace más que poner en tela de juicio la ya de por sí cuestionada necesariedad de los Colegios Profesionales, Consejos Autonómicos y demás entes "paranormales"; y la posibilidad de que los Abogados, en un momento dado, actúen al margen de los entes corporativos con medidas que podrían ser dolorosas para todos.

martes, 14 de febrero de 2012

AÑO ROMANO


Hace ahora justo un año que se nos anunciaba a bombo y platillo el gran éxito obtenido por nuestros representantes colegiales andaluces con el anterior Consejero de Gobernación y Justicia Don Luís Pizarro, y así los publicamos en este espacio bajo el título de UN PEQUEÑO PASO PARA EL HOMBRE, UN GRAN SALTO PARA LA HUMANIDAD, no sin dar nuestra visión crítica del tan cacareado acuerdo.

Pues bien, ya ha pasado un año desde aquel histórico acuerdo y el tiempo, lejos de quitarnos la razón, no ha hecho más que confirmar lo que en su día sospechábamos: ahora los impagos no son trimestrales, sino mensuales; y el caos que se ha generado hace que pocos sepan lo que han cobrado y lo que les queda por cobrar. TODO UN ÉXITO.

Pero es que a lo mejor a nuestros representantes colegiales no se les pasó por la cabeza leer la letra pequeña del acuerdo y es que cuando el Consejero propuso hacer pagos mensuales, se estaba refiriendo a los meses que componían el calendario romano, que acababa en diciembre y empezaba en marzo. ¿Será esa la razón por la que el último pago de A.J.G. se hizo efectivo a mediados de diciembre del año pasado y ya no percibamos más pagos hasta el primer mes del calendario romano, es decir, en marzo? Y es que el anterior Consejero de Gobernación y Justicia seguramente no actuara de mala fe, sino que como vio que las percepciones de los Abogados de Oficio eran tan exiguas debió llegar a creer que aún estábamos en la antigua Roma y, por error claro está, permitió el acuerdo de los pagos mensuales pero de los diez meses al año, porque pagar doce mensualidades al año podría provocar un enriquecimiento injusto para los Abogados de Oficio.

Pues si, lo anterior sería la única explicación, un tanto rocambolesca, que cabe para que, llegados a los términos que hemos llegado, nos encontremos con que en lo que va de año no hayamos percibido ni un mísero céntimo de nuestro trabajo realizado precisamente desde marzo a diciembre del año pasado (justo otro año romano), y sin perspectivas para ello. Y lo peor de todo es que esos representantes colegiales siguen mirando hacia otro lado en flagrante incumplimiento de sus obligaciones hacia sus compañeros. Es incomprensible que nadie alce la voz para protestar por la situación en la que estamos los Abogados de Oficio, habiendo incluso consentido que se nos deje a la altura del betún cuando en Granada se adoptaron las medidas de suspensión. ¿A que esperan los Decanos de los once colegios andaluces para defender a sus colegiados?

jueves, 2 de febrero de 2012

ULTIMA HORA: CARNICER GALLARDONADO


No, no se trata de un error tipográfico. Escribí justamente lo que quería escribir, Carnicer Gallardonado, y no galardonado, para llamar la atención sobre el efecto que el Ministro de Justicia ha provocado sobre el máximo representante de la Abogacía española (o al menos así debería entenderse) Carlos Carnicer. Y es que en la página web oficial del CGAE aparece en primerísimo plano la foto de Carnicer estrechando la mano del Ministro bajo el titular “Carnicer traslada al ministro de Justicia las principales preocupaciones de la abogacía”, justo después de que el Ministro hiciera las declaraciones que hizo en una entrevista en la radio en la que anunció la aprobación de una Ley que permita matrimonios y divorcios de mutuo acuerdo ante notario.

Pues bien, el artículo al que hago referencia que se encuentra en la página web del Consejo, no hace la más mínima mención a la propuesta del Ministro, y sí hay numerosos artículos de prensa en diversos medios con informaciones contradictorias, llegando incluso a decirse que el CGAE ha llegado a pedir a Gallardón que los Abogados también puedan oficiar bodas (ABC); o que los Abogados están de acuerdo con estas medidas (noticiasdeguipuzcoa.com); o que Gallardón ha llegado a corroborar que no dejará de ser preceptiva la intervención de Abogado en los divorcios (CEAJ).

Pues eso, parece ser que nuestro representante, Carnicer, ha quedado totalmente gallardonado por el Ministro, sin poder de reacción ante tan graves declaraciones, por cuanto que perjudicará no sólo a los profesionales como los Abogados, sino que además conllevará para el justiciable (más bien notariable) un encarecimiento desmesurado de los costes de los divorcios y para colmo de males ello apenas contribuirá a la descongestión de la juzgados, pues dichos procedimientos son los que menos trámites requieren. Y por último, el ciudadano sin medios ¿podría acogerse al beneficio de Justicia Gratuita para su divorcio de mutuo acuerdo ante notarios? ¿Estarán dispuestos los Notarios a soportar los míseros y tardíos pagos que se hacen a cuenta de la Asistencia Jurídica Gratuita? Mucho me temo que no